La Torta del Casar nace de la necesidad de conservar la leche, ya que la única forma en que antiguamente ésta podía ser preservada de su deterioro, era a través de su transformación en queso, lo que permitía su consumo a lo largo del año, su transporte en viajes y su comercio.
Si bien la elaboración se llevaba a cabo antaño a finales de invierno y comienzo de primavera, coincidiendo con la época de ordeno y unas condiciones de temperatura y humedad especiales, hoy en día, y gracias a los numerosos avances en el manejo de las ganaderías y en el conocimiento de los procesos de maduración, se ha logrado una producción de leche con menos estacionalidad, obteniéndose Torta del Casar de inigualable calidad durante todo el año.